No: el enigma Amaral no consiste en saber por qué venden tantos discos. De hecho, existe cierto consenso entre una gran parte del público y de la crítica respecto a lo reconfortante que resulta que sea este tipo de apuesta la que esté en los primeros puestos de las listas de ventas en lugar de algunos de sus otros inquilinos habituales (tendremos el buen gusto de no poner ejemplos).
Pero, como decía, el éxito comercial de Amaral no es el quid de este asunto. Para mí el verdadero “enigma Amaral” consiste en la siguiente paradoja: Eva Amaral y Juan Aguirre suelen nombrar entre sus influencias a maestros como Van Morrisson y David Bowie, fueron teloneros de Bob Dylan, y en una canción nombran el fantástico Marquee Moon, de Television. Entonces: ¿Por qué componen esas canciones?
Como teloneros de lujo de Amaral estarán Lori Meyers. La primera canción que escuche de ellos fue Ya lo sabes. La emitieron en Radio 3 sin anunciar quiénes eran y pensé que tal vez se tratase de Malcolm Scarpa o de Tarik y La Fábrica de Colores. No encontraba más candidatos posibles entre los músicos españoles contemporáneos (y mirando más atrás sólo pensaba en Los Brincos) que fuese capaz de parir una canción con la frescura, la naturalidad y las referencias de ésta. Sin embargo, sus responsables eran unos tipos insultantemente jóvenes, de Granada, integrantes de una banda que ahora encabeza las nuevas generaciones de pop andaluz.
Antes de estos conciertos comienza “¿A qué sabe Eutopía? “. Preguntarse por el sabor de un festival me recuerda bastante a aquel spot que se preguntaba: “¿A qué huelen las nubes?”. Y, por supuesto, estoy de acuerdo con que todo lo que es sensible puede llegar a ser percibido por los sentidos más inesperados, del mismo modo que hace poco afirmé que lo inmaterial también puede suicidarse (puede hacerlo todo lo que cumpla la premisa esencial: estar vivo: algunas cosas, pongamos por caso, muchas instituciones, jamás podrían suicidarse porque no han estado vivas nunca).
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