El Centenario de Bodegas Campos dispone una noche mágica en el Gran Teatro (previa al delicioso catering de medianoche en el restaurante). Miguel Poveda derrocha fuerza y talento y Joaquín Grilo regala emoción y magia.
Escribo algunas impresiones sobre el bailaor:
"...su actuación supera cimas, riesgos y poderes en un crescendo apoteósico e inagotable. Cada vez que su heterodoxia pone en peligro la dignidad de la oferta, las soluciones inesperadamente clásicas amainan la angustia y generan entusiasmo. Cada vez que su descaro augura el accidente, su genio lo rescata para elevarlo al podio de su estado de gracia. Y si de nuevo, por un segundo, alguien duda de la consistencia de algún impulso temerario, de inmediato resplandece la prueba que aparta el miedo y reclama el aplauso.
Evoca Grilo a Rodolfo Valentino, a Chaplin, a Fred Astaire, a Marceau, a Elvis Presley, a Nureyev y hasta a Michael Jackson. Pero lo increíble y sustantivo es que lo hace sin dejar de ser ni por un instante endemoniadamente flamenco..."
Poco después, encuentro este vídeo con karaoke incluido:
sábado, 10 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
A este tipo de actos solo invitan a gente importante? Porque no me invitan a mí entonces? Ah, ya: Porque como demasiado?
Publicar un comentario