The Departed (Infiltrados) (Martin Scorsese, 2006)
A Carlos Boyero no le había convencido. Eso, en otros tiempos, eso hubiese sido determinante. Pero ya no. Era viernes, el viernes pasado, y Howe Gelb actuaba en El Quiñón, y se anunció que contaría con la colaboración de Fernando Vacas, con quien había pasado unos días en Córdoba grabando alucinaciones y afinidades en el estudio de Eureka. La película comenzó y yo estaba en otro sitio, camino del Sur. Me perdí la cháchara inicial de Jack Nicholson, y no pude apreciar que el encendedor que tomaba en la tienda era demostradamente anacrónico. Al cabo de un rato, besé a mi mujer. Y, un poco después, me puse a mirar la pantalla. El argumento me resultó muy familiar, y las escenas, las chupas de cuero, los charcos y los neones, también. Le pregunté a mi mujer, y me respondió con otra pregunta: “¿Al Pacino?”. A los cinco minutos me dijo: “Los chinos”. “¿Cómo?” “Los japoneses. La película que vimos hace unos meses en Digital Plus”. Esa película era Mou Gaan Dou (aka Infernal Affaires), dirigida por Wai Keung Lau y Siu Fai Mak en… 2002. Lo de Scorsese no es un remake, no es un homenaje, es una mala copia minuciosa. Un ladrillo. Otra inexcusable razón para haber disfrutado de la voz y la locura de Howe Gelb.
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