lunes, 21 de mayo de 2007

LA CONEXION LORCA-MOGWAI



No era nada fácil superar el listón que Los Planetas alcanzaron hace un mes en Madrid. Y sin embargo, en su concierto de Valencia, lo consiguieron con creces. Sería el calor, más intenso, el público, más joven, o la sala, más pequeña. Pero a pesar de que la presentación estuvo hasta el último momento pendiente de un hilo (el del tendón de Eric, tocado tras su actuación en El Sol con Lagartija Nick) el resultado fue un paso más allá: un kilómetro terrestre, o un año luz espacial, quién sabe. Cabe preguntarse, y sentir miedo, qué habría pasado si esa bestia parda a la batería hubiese tenido el tobillo ileso.

La noche empezó pronto. A las nueve se plantaban en el escenario Tarik y La Fábrica de Colores, despachando con solvencia la delicada papeleta de ser teloneros. Presentaron algunos temas de su nuevo disco, a publicar en otoño, aunque los momentos más intensos corrieron a cargo de clásicos: propios (“I See A UFO”) y ajenos (“Cinnamon Girl”, de Neil Young). El contraste entre la aceleración rítmica y cierta pereza en las guitarras y la voz parecieron convencer a un público más atento de lo que cabría esperar.

Después llegaron los nuevos másters del universo. Y entre crónicas de barrio y dolores de amor y alma, se pasearon con garbo y sin complejos por el inescrutable camino que conecta a, por ejemplo, Lorca con Mogwai. Con respeto, incendiaron tradiciones. Con devoción, revisaron su personalísima relectura del legado flamenco. Mandaron, templaron, se hicieron respetar, emocionaron por la vía más áspera. Y después llegaron los temas infalibles para una generación (o varias) que se reconoce y se celebra en estas letras populares, ingenuamente perversas, definitivamente nobles.

Eric se saltó todos los límites, Banin se exhibió con chula elegancia en cuerdas y sintetizadores, Florent fue a su rígida bola y J se liberó de la guitarra para ofrecer una imagen de ternura arrogante cantando con un cigarro en la mano. Era la viva estampa del crooner meridional.

Inmenso, enorme alegato.

1 comentario:

J. A. Montano dijo...

Vaya, por una vez parece que el día perfecto fue ayer :-)