jueves, 24 de abril de 2008

Lo afterpop en un pin


Nocilla pin

Paso la muy promocionada Noche de los libros de Madrid dejando atrás filas interminables de espectadores que verán frustradas sus expectativas. La cola que se forma frente a La Consejería de Cultura para escuchar a Houellebecq quintuplica el aforo de la sala destinada para ello (al día siguiente algunos espectadores denuncian que nadie les avisó de ello, y que de las cien plazas disponibles, unas setenta estaban reservadas para periodistas e invitados, lo que plantea inevitablemente esta pregunta retórica: ¿para quién se programan estos actos culturales presuntamente populares?). La presentación del hit de Agustín Fernández Mallo (Nocilla Experience) en La Casa Encendida, se ve impregnada por la retransmisión del evento por Radio 3. Mr. Nocillo mantiene su habitual ditancia elegante ante el tono y las preguntas de los chicos de la radio, y en tres breves disertaciones despacha media docena de preguntas más previsibles que invisibles y manifiesta su admiración por los músicos de la noche. En primer lugar aparece, en formato acústico, La Costa Brava. Fran Fernández comenta que la banda ha sido despedida de Mushroom Pillow, y en buena parte de su actuación parece empeñada en demostar que a la discográfica le sobraban razones para hacerlo. Aprecio a Fernández, Algora y compañía, pero ésta no es su noche. El aspecto de los tres músicos da pie entre el público a comentarios como el que sigue: "Más que La Costa Brava, parecen La Costra Brava". Poco después, Sr. Chinarro sigue esa línea profesional de los últimos tiempos y demuestra que la tristeza no está reñida con el humor ni con la seriedad, y que se puede mejorar el sonido de los peores equipos. Antonio Luque desgrana los temas de su último trabajo con rigor y emoción, y pone punto final a esta especie de publireportaje editorial (AJL dixit). Para equilibrar el peso cultural de la jornada vemos la última media hora del Barça-Manchester en un bareto cercano con camareros amables y pinchos sabrosos. Camino de casa, observamos otra legión de noctámbulos: la de los que pretenden ver casi a medianoche a Najwajewan en el foro de la Fnac, misión imposible para al menos dos tercios de los congregados. Cuando el motor de la cultura usa combustibles institucionales, su humo pesado y aplastante siempre flota de un modo u otro en la ciudad.

No hay comentarios: