miércoles, 9 de abril de 2008

Liverpool - Arsenal: ¡Viva el fútbol!


Foto: El País

Definitivamente, pocos asuntos pueden ofrecer tanto como el fútbol. En los noventa minutos del partido de esta noche hubo arte, emoción, lucha, esfuerzo, intriga, espectáculo, tensión, dolor, gloria, angustia, magia, riqueza, velocidad, poder, estrategia, danza, entusiasmo, pasión, entrega y mil cosas más. Lo mejor fue que sucedió en el mejor teatro posible: en el impresionante marco de Anfield, un lugar en el que los aficionados (éstos sí merecen ser llamados así) son capaces de cantar durante más de dos horas para animar a su equipo y de guardar el minuto de silencio más unánime y respetuoso que jamás (no) se ha escuchado en un campo de fútbol. Ganó el Liverpool, situando al borde de lo absurdo la duda que los dueños ignorantes del club mantienen sobre ese enorme técnico que es Rafael Benítez. Ganó Fernando Torres, ese exiliado de oro que ya es un mito viviente en el corazón de la afición de Liverpool, de Inglaterra, de Europa y del mundo. Ganó la Champions, pues una competición crece con encuentros inolvidables como éste. Y perdió el Arsenal, pero no sin dejar constancia de su elegancia exquisita y de sus maravillosos recursos durante más de la mitad del partido. Definitivamente, ganó el fútbol.

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