
Los intentos de ir al cine este fin de semana resultaron baldíos. Madrid, ciudad de las colas, te quita las ganas de ver cualquier película: media hora de espera ante la taquilla no es lo peor, porque lo peor vienes después y está dentro: salas abarrotadas, ruidosas y llenas de maleducados que, de una u otra manera, te revientan la película. Así que el sábado decidimos hacer cola en otro lugar (y por mucho menor tiempo): el mítico Casa Labra, para deleitarnos otra vez con sus inigualables pinchos de bacalao. Y el domingo nos quedamos en casa con una sesión doble de fútbol en la que comprobamos, de nuevo, la firmeza del Madrid, el canguelo del Atleti y lo justito que anda el Barça (menos mal que ha vuelto Messi).
El cine ha llegado, por fin, hoy. Pero en casa y asegurando: primero el clásico L. A. Confidential, que gana con cada revisión, y en el que no deja de sorprender su impecable reparto.
Después, una deuda pendiente: Good Will Hunting, toda una sorpresa con las mejores interpretaciones que les haya visto jamás a Robin Williams y a Ben Affleck, junto a esa pareja irresistible que componen Matt Damon y Minnie Driver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario