viernes, 2 de enero de 2009
Casablanca
El sueño eterno
No está mal comenzar el año revisando Casablanca, esa fantástica historia de amor y resistencias. Con los años, he ido tomándole cariño a Bogart, un tipo que siempre me pareció bastante ridículo: canijo, cabezón, feo hasta decir basta, con voz de pato y pantalones precursores del estilo cachuli. La admiración de bellezas como Lauren Bacall y su apoyo a causas justas me hicieron tenerle simpatía pero aún hoy no puedo evitar cierto sonrojo cuando lo veo dándose esos aires de importancia y rodeado de actores aún más bajitos que él (Peter Lorre, Claude Rains). Pero, muy por encima de mis miserables consideraciones, el tipo lo borda en esta película inmortal.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario