domingo, 28 de enero de 2007

El hierro, el vino, la sangre y el mar


Obra: ©Suso33

El hierro y el vino
inopinadamente
me hablaron de amantes

Por otra parte el tiempo
perdió en frecuencia 8 a 9
en mis citas con la vida

la sangre corrió
sólo para desaparecer
y dejarse caer
por mis alcantarillas

el mar no fue más
que una sílaba insertada
en los verbos más presentes

Heridas y trenes



Comencé mi cuenta atrás
hiriendo a mi mujer
nunca creí en los malos tratos
siempre hablé de crimen

Dos días después
solo dos dias después
o tal vez fuesen tres
abrí la herida de mi amigo

Al día de hoy no he cerrado otras
la mía se abre más que nunca
y me olvido de renuncias

He repartido un puñado de esperanzas
entre los peores jugadores.
No pasa nada, nieve de enero,
trenes negros salpicados del blanco de mi consumida fe

sábado, 20 de enero de 2007

Prisioneros del castigo del tiempo


Foto: Paloma García

Cómo nos cuesta avanzar
encadenados a la bola
condenada del tiempo

viernes, 19 de enero de 2007

Desea que su amada estuviera muerta



Si tan solo yacieras fría y muerta
y apagándose fueran las luces del Oeste,
vendrías hacia mí a inclinar tu cabeza;
posaría mi frente en tu pecho
y tú murmurarías palabras tiernas
perdonándome, porque estarías muerta.
No habrías de levantarte y partir
aunque es tu voluntad de pájaro silvestre.
Sabrías que tu pelo prisionero
se anudaba al sol, a la luna, a las estrellas;
quisiera, amada, que yacieras
en la tierra, bajo la ramazón,
mientras palidecían las luces una a una.

W. B. YEATS: El viento entre los juncos
(Trad.: Enrique Caracciolo Trejo)

jueves, 18 de enero de 2007

Mind of Mutilation


Mind of mutilation

Como el pómulo herido que cegó el horizonte
nadé en el Caribe y me hablaron los peces
y nadie supo decir dónde perdí mi mente
Desapareciste en el agua
y esta vez no fue un truco
¿Dónde me fui
mientras te ahogabas?
¿Dónde miré antes de estrellarme?
La luz de Manhattan ya no es la misma
y mi chaqueta ha perdido el lustre del día del estreno
Cuando explotó mi cabeza sólo pude preguntar
dónde dejé mi mente
La dejé nadando en el Caribe
junto a un pez de plata que me abrazaba y brindaba
por encontrar un tesoro
Puedo seguir aquí o perderme en las calles
dar más vueltas o huir sin ni siquiera moverme
No sé dónde dejé mi mente
pero creo que la vi nadar mar adentro
sin llegar al horizonte.

Con los pies en el aire y la cabeza en el suelo
me dejé caer sin saber dónde se fue mi vida
La vi bañarse en el agua verde y malva del caribe
saltando al mar desde las rocas
ajena y nueva
seduciendo a los erizos.

Me pregunté dónde había estado
y el mar me dijo que sólo tenía que seguir nadando
Y en las olas mutilarme

DISCOTHEQUE (I)



Rachels: Music for Egon Schiele
(Quarterstick, 1996)

No es casual que esta banda de Baltimore compusiera la música para la representación teatral de la vida de Egon Schiele. Las angustias del pintor expresionista austriaco quedan reflejadas de una manera emocionante en el piano de Rachel Grimes, las delicadas cuerdas de Christian Fredericksen y la guitarra de Jason Noble. Tal vez tampoco fue casual que alguien que nada sabía de esta banda, encontrase una rugosa carpeta en una tienda de discos viejos de Candem Town, un día en el que la lluvia caía como algo que ya no recuerdo. Ni es arbitrario, por supuesto, que en alemán la palabra tristeza también signifique sentencia de muerte.

martes, 16 de enero de 2007

La resistencia del tiempo


Los relojes no saben detenerse
y los minutos avanzan y es complicado entender
que un día adecuamos nuestras vidas a estos números.
Ni estas dudas ni otras
consiguen interrumpir esta secuencia.

La vida no sabe detenerse, y los días gritan en cada curva,
y es complicado entender cómo
nos adecuamos a estos plazos.

Este crucigrama confuso y tramposo,
pasatiempo inadvertido,
esconde una dosis letal en cada cuadro negro
y cada casilla en blanco sortea
un antídoto eterno.

para empezar...

Yann Tiersen & Stuart Staples: A secret place